Sort the Court es un juego de construcción de mundos de fantasía que utiliza un sistema de preguntas y respuestas. El jugador se convierte en el Rey o la Reina de una pequeña ciudad y un reino y luego intenta convertir la ciudad en un gran reino aprobando o denegando las peticiones de los miembros de la corte, los visitantes e incluso los animales y los seres no humanos.
Para empezar, el jugador toca la opción "Nuevo juego" en la pantalla de inicio y luego elige jugar como el Rey o la Reina. La corte del gobernante aparece en la pantalla con el gobernante sentado en un altozano. Un miembro de la corte se acerca al jugador y le explica que el objetivo del gobernante es aumentar la población y la riqueza del reino y mantener contentos a los ciudadanos y a los visitantes. Si el jugador lo hace bien, puede llegar a formar parte del Consejo de las Coronas.
Para jugar, el jugador responde a preguntas de sí/no utilizando las teclas "Y" y "N" de su teclado o tocando los dibujos de las teclas en la pantalla. Para leer el diálogo, el jugador utiliza la barra espaciadora del teclado o toca la palabra correspondiente en la pantalla.
Sortear la Corte no es complejo. El jugador sólo debe gobernar bien. Por ejemplo, el jugador puede aceptar que un bufón haga una obra de teatro o que un circo monte un espectáculo en la ciudad. Puede que acepte reparar algo o ayudar a alguien. En algunos casos, podrían aceptar unirse a una comunidad vecina como aliados, permitir que un personaje se una a la corte o ayudar a alguien que pida dinero o algún otro tipo de servicio.
El juego guarda automáticamente el progreso del jugador de forma intermitente. Cada nivel está designado por el paso de un día de tiempo, que se muestra en pantalla mediante cambios en el color de las ilustraciones y el cielo. El progreso en la construcción del mundo se muestra en el fondo como un marco de construcción alrededor de ciertos edificios y un aumento en el tamaño de los mismos.
Es importante señalar que cada decisión que el jugador toma tiene consecuencias en el mundo. Un personaje no jugador puede pedir al jugador como gobernante que acepte algo malo o amoral. En algunos casos, decir que sí puede hacer que el jugador aumente el tesoro real pero le cueste varios ciudadanos o haga que la gente esté descontenta. A veces, el jugador no sabrá cómo responder porque no se le hace una pregunta cuando alguien llega a la corte. Deberá adivinar e intentar compensar el resultado positivo o negativo con sus futuras decisiones.
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